Descenso vertiginoso.
Hasta el próximo 20 de julio todas aquellas personas que sientan la necesidad de vivir experiencias extremas y únicas, pueden subir a lo más alto del Atomium, en Bruselas, y lanzarse en una vertiginosa caída de más de 100 metros en lo que se conoce como «death-ride«.
Cada día que la meteorología lo permita, entre las 10 y las 18 horas y previo pago de 25 euros (20 euros para grupos de más de 8 personas), la empresa Belventura pone todos los medios profesionales para que los amantes de sensaciones fuertes disfruten de 15 segundos de adrenalina pura.
Los tiburones abandonan el mar.
Un tiburón apareció en una piscina próxima a una de las playas más frecuentadas de Sydney, en Australia. Todo parece indicar que no fue por decisión propia sino que se vió «ayudado» por una gran ola marina que lo desplazó, contra su voluntad, hasta depositarlo en la ya famosa piscina ante el asombro de propios y extraños. No sabemos si en el recinto había otros «animales» y si éstos se vieron sorprendidos ante la llegada del nuevo inquilino.
Los cumpleaños a través de SMS.
Se acabaron las excusas que los maridos, novios, amigos especiales y demás variaciones utilizan cada vez que olvidan el cumpleaños de sus queridas medias naranjas o similares. Para evitarles los problemas derivados de estos olvidos, en Austria, se ha puesto en marcha un nuevo servicio gratuito de mensajes de texto (SMS) o de correo electrónico para ayudar a los olvidadizos a mejorar su memoria.
El teléfono sirve para oficiar una boda.
Una pareja india se ha visto obligada a intercambiar sus votos de matrimonio a distancia. Han utilizado para ello el teléfono, ante la imposibilidad para el futuro marido, residente en el extranjero, de regresar al país falto de dinero con el que pagarse el viaje. Si es que la «modernidad» llega a todos los ámbitos de la vida.
Bomberos desnudos.
Tres bomberos suecos se encontraron con una desagradable sorpresa cuando regresaron a los vestuarios de la piscina en la que disfrutaban de un baño. Ocurrió en Gavle, en el centro del país, cuando los tres hombres, bomberos de profesión y que habían ido a darse un chapuzón, al volver a los vesturarios se encontraron con que los cacos les habían «limpiado» todas sus pertenencias profesionales, es decir, los uniformes. Bueno, ¡todas no! puesto que los amigos de lo ajeno debían tener un poco de respeto por los uniformes y les dejaron los calzoncillos y las botas (quizás pensando en un remake de «Full monthy«).
Carne de perro prohibida.
Si tienen pensado viajar a China durante los próximos Juegos Olímpicos de Pekín sepa usted que las autoridades chinas han prohibido la comercialización de carne de perro, habitualmente servida en los restaurantes del país asiático, para evitar herir la sensibilidad de los visitantes extranjeros. El descubrimiento de nuevas sensaciones culinarias deberán dejarlas para otra oportunidad.