No es en sentido figurado, ¡ni mucho menos! Es la pura (puritita, que dirían los mexicanos) verdad.
Los ¿afortunados? serán todos aquellos que conduzcan un vehículo por las carreteras del Reino de Bélgica porque estos cubos de basura son en realidad… ¡radares!
Cada uno de ellos ( ¡y hay nueve!) ha costado la friolera de catorce mil euros (más de dos millones trescientas mil pesetas de las del año 2002) o lo que es lo mismo, el precio de un vehículo nuevo del grupo citadine o incluso medio, y están funcionando desde la semana pasada en todo el territorio belga.
¿Cómo es la «joya«?
Pues del tamaño de un verdadero cubo de basura. Mide poco más de un metro de alto por 65 centímetros de ancho y está equipado de cuatro ruedas que facilitan su movilidad. En lo referente al peso…, no es el mismo que el que usted tiene en su barrio para depositar sus desperdicios; vacío pesa 67 kilos y con el equipamiento correspondiente alcanza los 83 kilogramos (de ahí el interés de las cuatro ruedas)
Este artilugio, fabricado en Amberes, puede camuflarse totalmente -o permitir la colocación de un rótulo luminoso que anuncia su presencia-, está protegido contras las inclemencias del tiempo (algo habitual por estos parajes), los actos vandálicos y el robo (esto último debido a la obligatoriedad de la presencia de un vehículo policial a una distancia cercana) y alcanzar a fotografiar todos los carriles de una autopista.
A pesar de la ventaja evidente de no necesitar de la presencia de agentes de la autoridad para su manejo y la posibilidad de instalarlo en lugares en obras, accesos a colegios o en zonas en dónde el hecho de aparcar un vehículo-radar podría provocar situaciones de peligro, este sistema tiene un par de pequeños «inconvenientes». Por un lado necesita que en un radio de unos sesenta metros esté situado un coche con el resto del equipamiento y por el otro, por ahora, el cubo solamente tiene autonomía para 800 fotos (límite de la película), aunque este último hándicap es temporal hasta la llegada de la tecnología digital que aumentará sensiblemente el límite.
A decir de la policía, todos son ventajas: movilidad, descrección, tamaño…
Tanto es así que, en una sola hora, el «cubo de basura» instalado en un tramo en obras de la autopista E411 que une Bruselas a Luxemburgo, fotografió a más de ¡400 automovilistas! que superaban la velocidad permitida (en este caso concreto 70 km/h) y, todo parece indicar que las multas no irán a parar precisamente a la basura (perdón por el chiste fácil).